Son numerosas las estatuas de Vladimir Ilich que se produjeron tras su muerte, tan cuantiosas como las que siguen siendo aún hoy derribadas.
Ambas situaciones contrastan con las declaraciones que su esposa, Nazezdha Krúpskaya hizo poco después de su fallecimiento en el diario Pravda:
CAMARADAS TRABAJADORES Y CAMPESINOS!
Tengo que haceros una gran petición a todos vosotros:
No dejeis que vuestro dolor por Ilich se muestre en la veneración externa por su persona.
No le construyáis monumentos.
Si queréis honrar el nombre de Vladimir Ilich: construid guarderías infantiles, jardines de infancia ,hogares, escuelas, hospitales .